Día del Bombero
En una ceremonia cercana y cargada de simbolismo, los Bomberos Voluntarios de Bell Ville celebraron su día con ascensos y un profundo reconocimiento a las familias que sostienen la vocación.
La conmemoración del Día del Bombero Voluntario en Bell Ville no fue un acto más: se vivió como una verdadera celebración del compromiso, el sacrificio y la solidaridad. Bajo la conducción del jefe del cuerpo activo, Cristian Gallo, el evento estuvo atravesado por momentos de fuerte contenido emocional y humano, alejándose de las formalidades tradicionales para abrazar un formato más familiar y participativo.
Durante el acto, se entregaron ascensos y reconocimientos que reflejan el trabajo constante y silencioso de quienes integran el cuerpo de bomberos. Uno de los momentos más significativos fue la entrega de la tradicional estrella a los miembros que cumplieron cinco años de servicio, esta vez otorgada por sus propios familiares, en un claro gesto de gratitud compartida.
Gallo remarcó el rol de las familias como pilares fundamentales de la vocación, reconociendo que ser bombero implica muchas veces sacrificar tiempo personal por el bienestar colectivo. “Detrás de cada emergencia, hay una familia que espera”, señaló, destacando valores como la empatía, la bondad y el altruismo, que definen la esencia del servicio voluntario.
El acto también incluyó la elección del “mejor compañero”, una distinción especial porque son los mismos bomberos quienes eligen a quien más se destacó en el compañerismo y el trabajo en equipo. Además, Gallo subrayó que cada ascenso no es solo un reconocimiento, sino también una mayor responsabilidad, instando a las nuevas generaciones a seguir el ejemplo de quienes han entregado años de servicio.
Por su parte, Gabriel Grella fue nombrado abanderado de la institución. Visiblemente emocionado, expresó que portar la bandera nacional representa un sueño cumplido y un símbolo de confianza. Resaltó el trabajo colectivo detrás de cada intervención y la importancia de la capacitación constante, que muchas veces exige reacomodar rutinas laborales y familiares.
Más allá de las celebraciones, también se planteó la difícil situación económica que atraviesa la institución. Gallo advirtió que los subsidios nacionales y provinciales no han tenido actualizaciones y que cerca del 70% del equipamiento es importado, lo que obliga a una administración rigurosa y a un acompañamiento permanente por parte de la comunidad.